Del evangelio de san Juan 3,17

Jesús les dijo: “Dios no mandó su Hijo al mundo, para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”

 

RESPUESTA A LA PALABRA

El juicio condenatorio es propio de los hombres,
del Hijo de Dios es la salvación desmedida.

El amor loco de Dios no juzga el corazón loco del hombre.
Porque “el hacer de Dios es amar” ,
el juicio de Dios se llama misericordia.

 

De san Ambrosio, obispo.

“Abre tu boca a la palabra de Dios.
Cuando te levantes, habla también de él, y cumplirás así lo que se te manda. Fíjate cómo te despierta Cristo. Tu alma dice: Oigo a mi amado que llama, y Cristo responde: Ábreme, amada mía. Ahora ve cómo despiertas tú a Cristo. El alma dice: ¡Muchachas de Jerusalén, os conjuro que no vayáis a molestar, que no despertéis al amor! El amor es Cristo