El Autillo ha avistado a Robert Sarah y
no puede menos que comentar
algunas cosas sobre él.
Como ya os anticipé que haría,
hoy os doy algunas notas sobre su persona.

 Ante todo es un hombre
que se ha curtido en el trabajo y
que tiene muy en cuentas sus raíces.

Dice de su padre que era agricultor y
que él le ayudaba en esta tarea.
Creció en contacto con la naturaleza y
al calor de las tradiciones de los suyos.
Él mismo dice que cuando era niño:
“al caer la noche,
los ancianos nos contaban cuentos
con una enseñanza moral”.

Ahora recomienda a los suyos
que “no abandonen su tesoro,
ni los valores que les transmitieron los mayores,
ni su identidad ni su cultura”.
Recuerda como en su choza
todo hablaba de pobreza,
pero allí había una paz tranquila.
Y él acudía todas las mañanas a Misa.
A la casa de unos religiosos.