No creas que hemos inventado
alguna cosa para esta hora inesperada..
Oirás, por ahí, sentencias
que pretenden establecer
el fin de un tiempo
o tal vez de “otro” tiempo…
y apuntar con fiereza que llegamos
para empezar de nuevo.
Nada de todo eso: nada.
Sólo subrayar el sendero
ahondando nuestros caminos…
Y es verdad que la humanidad
más renombrada ha olvidado,
en buena parte, el “señorío”.
La fuerza y el valor de perfiles y
figuras nobles, que señalan
-hoy como siempre-
la dignidad jamás perdida
del hombre cabal a imagen de Dios.
De esa “calidad”,
que aún en lo más humano
es irrepetible y única,
queremos recordar su aureola de belleza.
Pero ¿dónde
está en estas horas y lugares?
¿Dónde hallar lo que hoy parece perdido?
Estamos persuadidos
que lo que parece perdido está presente,
sonriendo, detrás de los signos permanentes.
Si quieres encontrarte con tu propia realidad,
con tu propia y noble figura,
rasga con tu espada los velos
desconocidos que te ocultan a ti mismo…
Ahonda y contempla por ti mismo.
Entra y sigue sin temor…
La aristocracia espiritual es una vocación,
una llamada insoslayable.
Si eres una persona cabal
ya tienes trazado tu destino…
Sigue no más…
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