No permitas que las “informaciones”
hagan de tu peregrinación
un “ir y venir” sin sentido.
No preguntes demasiado
ni consultes con exceso.
Tal vez cuando preguntamos demasiado,
las respuestas que encontremos,
no sean las esperadas.
La “seguridad” nunca será completa,
sin embargo, vale la pena indagar,
cuando se trata de discernir
Debemos aceptar que no encontraremos
respuesta a nuestra medida que nos satisfagan
Tampoco debemos faltar el respeto a otros,
formulando consejos “arrolladores”.
No creamos tener opinión y respuesta para todo
Preferible es callar y simplemente acoger
con el corazón a quien nos interpele.
Siempre es importante la delicadeza
en el trato con los demás
¿No leíamos estos conceptos
en los escritos de Dom Porion?
Más atrás, en las entradas antiguas,
hallarás algo de ello y el principio,
siempre actual, de esa “mansedumbre”
que tanto se echa hoy de menos.
No olvidamos que el peregrino
es un luchador que atraviesa el “caos”.
Que no halla compensación en estos caminos…
Pero la síntesis entre esta firmeza de corazón y
la mansedumbre es un objetivo digno
de obtener y de alcanzar.
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