El amor se desbordó,
trayendo el espacio y el tiempo
hasta nosotros.
Una fracción de eternidad,
que abarcara toda mi existencia,
hizo que cualquier sombra en mí
desapareciera.
La sed de vida que me llevara
a buscar la suya se vio colmada.
El vacío que me carcomiese, dejó paso
a un futuro de vida sin ocaso,
su historia y la mía se fundieron.
Los años pasados parecieron tan livianos
como el aleteo de un colibrí,
tan fascinantes y dulces como la miel al paladar
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