El silencio interior,
abierto en el horizonte personal
de cada uno,
comporta la transparencia
de aquel que lo posee.

Se trata del “desasimiento”
liberador que nadie te puede arrebatar…
Desasimiento que es, también,
“abandono” y “dejamiento”
en las manos de nuestro Dios,
que hace salir el sol para todos,
sean buenos o malos.

Él nos invita a acoger la soledad y
el silencio desde la mayor libertad posible.
en todos los instantes de nuestra vida.

Su Presencia nos libera
de nuestro yo egoísta y
nos diviniza según gracia…