El agua busca ella misma
su cauce natural y
si la sequía arrecia,
dejando los humedales baldíos,
la lluvia recogida en los arroyos
sabiamente
restituye la vida
sanando la tierra quebrantada.

La luz crepuscular
anticipa la noche,
anunciando
un tiempo de sombras
en el que la visión de lo real
es atrapada y se diluye
en formas fantasmales,
encegueciendo
el camino razonable,
hasta que el gallo
rompa, el silencio con su canto,
proclame con la luz
que por el oriente llega
la verdad asentada en nosotros

Dejemos que la noche avance.