Solemnidad de la Inmaculada concepción de María
Oí tu llegada al jardín me dio miedo porque estaba desnudo y me escondí.
¿Qué ha acontecido para que aquéllos que hasta ese día paseaban con Él envueltos por la brisa a la caída de la tarde se experimenten desnudos y se escondan ?
La primera palabra que nos llega del hombre es de temor como consecuencia del engaño sufrido por el Malo.
Quisieron ser como Dios sin Él y se encontraron a sí mismos como pobres diablos.
Pero no puede terminó así la historia. Dios dejará que el hombre le dé la espalda pero no pierde la esperanza de su regreso.
Llegará el día en el que un Nuevo Adán y una Nueva Eva restauren el amor roto aquel día, y en ellos y con ellos volveremos a vestirnos con aquella verdad primera que dejaron perdida en el jardín antes de abandonarlo para transitar desnudos por caminos cegados, hasta que maduren y puedan acoger de nuevo el designio amoroso al que estaban llamados.
María la nueva Eva la mujer íntegra incapaz de mirar a otro lugar que no sea donde su amor se encuentra desdice toda la historia de engaño y de muerte que sedujera el corazón de la primera.
María la mujer la que es todo en todo. La hija sin sombra alguna. La esposa cuyo amor personal entretejió de tal modo sus relaciones con José que vivieron la historia de amor más limpia y maravillosa que nadie puede imaginar.
La madre absoluta que dio vida a quien ya vivía y lo arropó siempre con la misma ternura que lo engendrara. María la mujer cuya única palabra es Sí y cuya única razón de su existencia es ser generadora de vida en el amor de quien la amó primero.
Inmaculada sin mancha transida de luz paradigma de la libertad que mira a Dios y no se deja de enredar por la mentira del Mentiroso que seduce y arrastra a quienes mirándose a si mismos apartan sus ojos de Dios condenándose a vivir esclavos del pecado y de la muerte.
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