Una palabra cargada de vida
es el decir de las lágrimas
que fluyen del corazón enamorado
en el que no cabe el silencio vacío.

El corazón habitado por el Ausente
cuyo silencio no es ausencia,
olvido e indiferencia,
sino juego de aprendices
para vivir desprendidos,
sin máscaras puntuales,
que falsean nuestro cotidianidad..

Desprenderse
es lo mismo que liberarse,
que respirar un aire nuevo
que se desata allí donde no sabemos
ni podemos sospechar.

Desprenderse para seguir caminando.
Cada día, cada instante
es un nacimiento inefable,
una aurora , un resurgir de la misma fuente.

Caminar y no huir ,
adentrarnos y no alejarnos
de donde radica el manantial de la vida,
en donde fluye su amor.

Entrar y no quedar afuera.
Abrir la puerta y entrar,
dejando todo cuidado
entre las azucenas olvidado.
para regocijarnos sólo de su Presencia.
Permanecer en silencio y acogida
porque en lo más hondo de nuestra intimidad
Él ha puesto su casa,
Y encuentra sus delicias
en estar en y con nosotros.