Escribe R: Sarah: “
Me sorprendió hasta qué punto
cuidamos la vida de los cuerpos,
pero dejamos morir las almas

 Una de las preocupaciones  más acuciante
que nos golpean hoy día
es la formación de los niños y jóvenes
que serán quienes dentro de unos años
moderarán nuestra sociedad.

Debemos reconocer el vacío educativo
que padecemos en la actualidad.
Los padres condicionados por sus trabajos
apenas dedican tiempo
a la formación integral  de los hijos.
Éstos, en muchas ocasiones,
son abandonados a si mismos y
encuentran el lugar que dejan los padres
en los colegios y centros de recreo,
en los que con mucha frecuencia
la cultura hedonista y superficial
que domina nuestros ambientes
les coge sin capacidad
para discernir y elegir positivamente.
Muchos padres no asumen las energías
que supone, no solo quererlos y
darle los medios para su desarrollo,
sino el sacrificio que lleva consigo
el educarlos con rectitud y constancia,
corrigiéndolos a veces
con algunos castigos, si son necesarios,
con el fin de que crezcan
fuertes y sanos en todos los sentidos.