El paseo se ha hecho largo.
Mi corazón abierto acoge toda realidad
que sale a mi encuentro y
formatea los entresijos de mi memoria
haciendo presente en ella
mi realidad más íntima
para que viva,
desde donde he vivido,
lo que el Señor ha querido darme.
La nostalgia me desvela el misterio permanente
en el que he vivido.
e Intuyo que todo lo venidero, de alguna manera,
ya es pasado.
Desde la infancia he vivido vinculado a la naturaleza
con la que he sido regalado.
En mi ayer estaba presente mi futuro.
El ahora que me tocaba vivir era esencial,
en él me contemplaba
en una gratuidad desbordada
en todas las direcciones.
Las palabras consoladoras
del paisaje y de la música
me sostuvieron en la adversidad
desde niño.
Los cielos rasos que parecieran mares invertidos
Los atardeceres coloreados que se alargaran
hasta que Venus hacia acto de presencia.
Los juegos en la calle
hasta la hora de cenar
todo ello soy yo .
Sin olvidar las caricias discretas y generosas
de mis mayores como final de la jornada
e invitación a un sueño reparador
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