En el jardín me espera la mecedora que suave se balancea
invitándome a descansar en ella
mientras se duermen las flores
que exhalan un delicioso perfume.
En una noche de estas,
unos minutos son un tesoro.
La sombra de la luna es tan nítida
en medio de la oscuridad
que es un placer contemplarla
en el contraluz de las cosas
Del camino no deja de llegar
el murmullo de la conversación
de los mayores y
las risas de los niños
que no necesitan más luz
para proseguir jugando.
Mi perra Nela me espera junto a la hamaca
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