ES preciso para llegar a gustar la novedad
de una vida plena,
arder en un nuevo amanecer
que me libere de los viejo recuerdos
que dejaron en mí los caminos del decir
embotando mi corazón.

Arrabal arriba, libre la memoria de recuerdos,
con la nieve ardiendo al amanecer,
la paz del corazón alivia mi pensar.

Una leve brisa que deja oír el silencio,
mueve lentamente las ramas azuladas hacia el cielo e
invita a las hojas a balancearse.

El vientecillo que las mueve ilumina
con sus acordes las cumbres.