Pasan los días y avanza el otoño
cargado de armonía
despertando el secreto de las cosas.
Las mañanas son frías y oscuras,
a mi ventana vienen todos los días
dos palomas
A primeras horas de la tarde
salgo a pasear por el camino
de todos los días,
que lo tengo gastado
de tanto pasar por él.
Me paro a mirar a mi alrededor.
En estos momentos desearía
detener el tiempo
entre mis manos
para retrasar el frío
que cala mis huesos.
Un viento suave
no deja de desprender
las hojas de los castaños
recreciendo el tapizado del lugar
El otoño se suele asociar
a la melancolía, a la madurez,
a la quietud y a la reflexión.
Asomado a la ventana
percibo el paisaje impregnado
de amarillos ,rojos, ocres y anaranjados.
En el fondo del paisaje
una neblina ligera
se levanta cubriendo el lugar.
Dos paloma con su zurear armonioso
llegan a mi ventana cada mañana.
Las primeras horas son frías y oscuras.
Un suave viento silba en los cristales de las ventanas
al levantar la persiana,
para observas el paisaje.
Al fondo se ven las montañas cubiertas
con un suave manto azulado.
En estos caminos gastados de andar,
me paro a mirar a mi alrededor y
a detener el tiempo entre mis manos.
Miro caer las doradas hojas
de los membrillos por la mañana
con un frescor que cala mis huesos
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