Un plomizo manto
sobre nuestras cabezas
amenaza rasgarse y
liberarse del agua
que pesa sobre él.
Ha sido un día lluvioso.
La tarde no ha visto el sol y
sombría
se adentra en la noche
lo mismo que un espectro.
Todo inspira en mi alma
un malestar sombrío.
A lo lejos se asoma
la luna creciente.
El aire rezuma humedad.
Una tibieza vespertina
acompaña la caída del sol.
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