Con motivo de una visita recuerdo las palabras
del hermano Andrés
que una mañana me dijera
mientras recogíamos
los sarmientos de la poda.
Deja de mirar las preocupaciones
que has traído y
de valorar lo que te preocupa.
Ocúpate de contemplar
lo que se te da
sin que tú te esfuerces
déjate penetrar por aquello
que pasa inadvertido
para quienes buscan la eficacia y
consumen su vida sin belleza.
La verdad no está en las ideas y
el hacer no es sinónimo de bien.
Nuestro mundo ha olvidado
que todo es gracia.
Necesitamos percibir
la humilde grandeza de la vida
que se nos da sin más
para aprender a darnos
sin caer en la tentación
de los varemos.
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