Escribe el Hermano Roger de Taize:
Sólo el que tenga el sentido de la contibilidad
puede aprovechar la dinámica de lo provisional.
El entusiasmo,
entendido como fervor,
es una fuerza positiva, pero no basta.
Es una fuerza que se agota , se desvanece,
si no comunica su impulso otra vez,
más subterránea y menos sensible,
que debe hacernos avanzar
durante toda nuestra vida.
Asegurar la continuidad es indispensable,
pues los entusiasmos se alternan
con tiempos muertos,
con momentos de depresión, con desiertos áridos.
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