Sembrados verdes cantan
al son del aire que los agita.
El sol vespertino se despide
en un lago de fuego
detrás de la sierra ensombrecida.
Sus últimos rayos tiñen de púrpura el cielo
Nubes iridiscentes cubren el vallecillo.
Todavía la luz se hermana con la tierra.
Pájaros y viento cantan.
Las hojas de los árboles danzan
al paso del aire
Todo se convierte en luz para mí.
La tarde encendida crece en mi corazón.
Yo soy tierra, tierra enamorada de la luz.
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