Oigo en el corazón lo que me dice mi Autillo.

“La distancia no existe para el que ama”.
En tus adentro llevas contigo
un mundo de relaciones sencillas
con todo lo que roza tu existir.
Escucha a tu corazón y él te dirá
hasta qué punto no eres un privilegiado.
Le doy la razón.

La experiencia de una naturaleza colmada
ha sido y sigue siendo mi compañera.
Siempre ha permanecido en mí como yo en ella.
Está a mi lado y escucho
el latido de su corazón junto al mío
como un diapasón que balancea el tiempo.

Esta noche, los jazmines inundarán el aire
con sus suaves aromas.
El correr de los arroyos acogerán
los primeros rayos del sol. 

Muchas personas se parapetan
detrás de sus miedos y
se olvidan de la poesía de vivir.
Yo sigo persuadido en mi sitio,
aunque me quede fuera de la foto.

Buscador a tientas,
no quiero renunciar a la ternura
ni a volar más alto.
El viento del norte me acompañará
con su música y
llenará de pájaros mis pupilas.