Esta mañana me ha visitado mi queridísima amiga Maira y hemos  hablado un largo rato.

Toda ella es verdad. Su preocupación por los demás le es esencial en su vida.
Su familia, las amistades y todo aquello que le viene dado por la vida tiene un eco especial en su corazón.
Es alguien, a la que parece que no le haya tocado el pecado; siendo su generosidad digna de admiración.

Desde que la conozco su ejemplaridad en la entrega no ha disminuido un ápice. Siempre dispuesta a aprender y a crecer en todas las áreas de su vida.

Nunca le oído una queja de nada ni de nadie.

Su corazón es de una belleza especial, en el que el amor es lo primero de todo.

Su hacer y decir me lleva a bendecir a Dios en el que encuentra la fuerza, y a preguntarme por mi falta de correspondencia en todo lo que al amor se refiere.