Del evangelio de san Juan 3,17
Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él”
RESPUESTA A LA APALABRA
El mundo se juzga y se condena
llevado por la necesidad que existe
en sus leyes internas.
No perdona.
También el hombre,
llevado por la lógica de su razón,
juzga y condena para defenderse se sí mismo.
No así le sucede al Señor.
Él viene a salvar al hombre de sus determinismos,
sanando su naturaleza y
dándole un corazón inteligente
para que ame.
Solo el juicio de amor no condena.
Para compartir esta historia, elija cualquier plataforma
Deje su comentario
Usted debe estar identificado para comentar