“Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí… ; porque sin mí no podéis hacer nada.”
RESPUESTA A LA PALABRA
Palabras de Jesús que nos devuelven a la realidad primera: “El hombre es aquello que recibe. Su obrar es consecuencia de su ser”.
Mucho de nuestro hacer es como fuego de artificio, que se eleva para ser visto, explosiona para hacerse notar, pero una vez que el eco desaparece y el humo se disipa, no queda sino el recuerdo.
El obrar de Cristo es fruto no perceptible a primera vista, sin embargo, aún sin hacerse notar, es eterno, porque todo lo que hace es fruto de su ser.
Cuando el hombre vive unido al Señor, su obrar es también de su Señor y los frutos son los propios del hijo de Dios.
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