Del evangelio de san Lucas 19, 41-44

 En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: « ¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida.»

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Impresionan las palabras de san Lucas
cuando habla de las lágrimas de Jesús y
el por qué de las mismas.

La mirada de Jesús no se detiene en las piedras
que contempla,
penetra las entrañas de la ciudad
y se adentra en la vida de los suyos.

Su mirada orada el tiempo y
abarca los lugares más recónditos,
en donde se encuentran encerrados
aquellos que, ciegos y sordos,
se niegan a reconocerlo
como Dios humanado,
esperanza definitiva para la nueva Humanidad.

La queja del Señor
le nace tan adentro,
que en ella se asoma el amor defraudado de Dios,
incomprendido y rechazado.

¡Si al menos tú comprendieras en este día
lo que conduce a la paz!

Si al menos tú, de quien he nacido,
con quien comparto el día y la noche,
desde el día en que me concibió mi madre,
la mejor de tus hijas.

Si al menos tú, a quien llevo en la sangre,
al que amo como la heredad más querida de mi Padre.

Si al menos tú comprendieras la raíz última de la paz.
Raíz que no está en vosotros
sino en el corazón mismo de quien os amó primero.
Corazón convertido en fuente
de la que mana sin descanso la vida eternizada.

Si al menos tú no buscaras construirte
cisternas agrietadas que gritan su sed y
de las que el agua huye .

Si al menos tú me acogieras como agua de lluvia,
fecunda desde su origen,
fecundadora siempre.

Como el agua corre hacia abajo y empapa
lo que abraza,
así ha sido mi condescendencia con vosotros
mi descenso hasta vosotros.

Si al menos te dejaras abrazar por un instante,
Aunque tu corazón fueras de piedra,
dejaría sobre él la huella indeleble de esa paz
que destrozas cada vez que de mi te alejas.