De Isaías 11,1-10

Visión del señorío de Dios 
arrebatado por quien quiso 
ser dios sin Dios y 
camina desde entonces 
salpicado por el mal y 
envuelto en la fealdad
de la mentira. 

Reinado de Dios
donde la belleza del bien eleva y
devuelve al hombre
su dignidad primera
con la que fue revestido
el día en el que fue llamado
a la existencia. 

Si el Paraíso Primero
fue el hábitat
del hombre concebido
en la inocencia
la promesa
de una nueva situación
superior a la primera
es gritada hoy
por el mayor
de los profetas. 

Del tronco abatido
de la raíz talada
nacerá un renuevo,
florecerá un nuevo vástago
inicio de la Nueva Creación,
enseña de todos los pueblos.
Justicia será su nombre
del pobre refrigerio
báculo del humilde
leal con todos.
Sin sombra alguna
primigenia luz
iluminará
los más profundos recovecos
del alma humana malherida
a lo largo de su historia.

Sobre él se posará 
el espíritu del Señor 
con el que nos revestirá 
las galas del Primer Día