Marcos 10,28-31

 

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: “Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.” Jesús dijo: “Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.”

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Leemos en el evangelio de Marcos:
Ahora, cien veces más, anticipo de la vida en plenitud.

Sin embargo, siendo como es verdad la palabra del Señor,
no es aceptada por una inmensa mayoría.
Quizá porque nuestro pensar mundano
nos sitúa en el “Todos queremos más”,
pero un más cuantitativo que desconoce
la realidad de la plenitud que procede del amor,
amor que se gesta en el encuentro gratuito con el Señor y
con los llamados a compartir la vida y la misión.

Siempre que pongamos nuestro corazón en las cosas
la insatisfacción en nosotros será una realidad presente.

Por ello el que descubre el amor como vida de Dios en él
no busca el más “ahora”,
que seguiría siendo “pan para hoy y hambre para mañana”.
Busca y espera al Señor como prenda segura
de la vida en plenitud,
ya incoada en nuestro vivir diario.

San Agustín escribirá desde su experiencia:

“Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.