Del libro de  Isaías

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.
Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá.
Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. 60, 1-6

 

Respuesta a la Palabra

En pleno invierno
la luz trasparenta
la belleza existente
en la vida regalada
de los niños
provocando sonrisas
en los mayores
que mantienen abierto
el corazón a la vida

Luz que se dice
en la luz que nos llega
de la mano del Niño de Luz

Luz bendita
luz nacida
luz naciente
luz de oro
luz viviente
luz de luz
gloria eterna
que iluminas y
embelleces
lo que besas y
curas como
bálsamo divino
todo lo que tocas.

Luz gloriosa
trasformada
en camino
por el que desfila
la historia y
acompaña
a cada hombre
hasta encontrar
su nombre.

Luz radiante
luz nacida
para ser casa de paz
donde descanse
el corazón peregrino
de quien se sabe hijo.

Luz de luz
despertadora
de amores regalados
que disipas las sombras y
explosionas el negro
en miles de colores
tiñendo de alegría
la vida para siempre

Luz bendita
luz gloriosa
eterna bienaventuranza. 

Luz que se dice
en la luz que nos llega
de la mano del Niño de Luz.