Aniversario de su muerte.
Hoy todo es recuerdo.
Noche trascendida en un piélago de amores.
La luna cuelga sobre mí,
acompañada de múltiples estrellas.
También la suya.
Zafiro era su alma,
piedra de sabiduría, era su corazón,
poco le hacía falta para ver
las cosas en lo que eran.
buena comunicadora y muy capacitada
para encajar lo no deseado.
En su hacer diario
mucho silencio retenido.
Silencio pausado
como de brisa vespertina
que al atravesar los arrayanes
despiertan su aroma y
mezclan con el olor del sándalo
Plenilunio de agosto.
tibieza azulada en el ambiente
frío, mucho frío, en mis adentros
Noche de zafiro,
noche azul resplandeciente
En el fondo de la sima
La palabra es silenciada
para que no denuncie
el desgarro
de la piel de mi alma
por el amor muerto
por la vida rota.
por el dolor sin vida
Armonía
en los cielos infinitos.
Contradicción
en el minúsculo hombrecillo
que enceguecido
por la muerte de quien le ama
se ha olvidado de quien es.
Ancestros de esperanza
afloran como charcas
de río subterráneo.
Se mueven las estrellas.
El corazón respira
alentado
por los últimos quejidos
de un autillo.
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