Apenas puedo decir cómo

 Desde que mi corazón
- no recuerdo cuando-
 

La vida
me ha depurado
como cuando
se aprieta un acceso
para sacar de él la pus
y se regenere el tejido.

No sé cuando y
apenas puedo
decir cómo
a lo largo
de este tiempo

ha crecido el vaciado
en mis adentros
y he perdido el deseo
de ser algo.

 Un punto de “Alguien”
que no soy yo
y que está en mí
acalla el argumento
manido
de la necesidad
de esculpir
mi propia imagen
quitando todo aquello
que pudiera ser

Gracias a Dios
que él se vale
de los otros
como gubia y
en toda ocasión
desbasta
el viejo tronco
del que estoy hecho.

Por fuera
me da igual
como pueda ser
terminado.

Son mis adentros
vacíos
los que necesitan
su mano maestra
para que la labra
que en ellos haga
traduzca sin más
su imagen.