Del evangelio de san Juan 17,15

Jesús dirigiéndose al Padre le dijo:  “No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal”.

 

 RESPUESTA A LA PALABRA

Jesús, ya nos había enseñado a pedir al Padre
por nuestra cuenta
que no nos deje caer en la tentación,
que nos libre del “malo”.  

Ahora es él quien se lo pide.

Jesús sabe que vivir en medio del mundo
es vivir sujetos a los imperativos del mismo,
muchos de ellos destructivos,
cargados de mal
y que generan muerte.

El cristiano no puede vivir fuera
de la realidad existente.

Como Jesús, debe asumir la condición humana,
en todas sus dimensiones,
también las negativas,
Jesús, conocedor de nuestra fragilidad,
intercede al Padre por nosotros
y nos invita a buscar su auxilio
en todo tiempo y situación,
para poder superar nuestra fragilidad.