Del  profeta Miqueas 5, 1-4a

Belén-Tierra de Pan
que en la memoria
de los “pequeños”
de tu Pueblo
has permanecido
como luz imperecedera
siempre que las sombras
de la historia
cargaron sobre tus hijos.

Cerca de ti
descansa Raquel
la bien-amada
de Jacob-Israel
la que diera la vida
a José
su hijo más querido
odiado
de sus hermanos
a los que nunca
dejó de amar
salvándoles de la muerte
cuando la hambruna
barrió su tierra.

A tus puertas
llamó Rut la maobita
cuya fidelidad
cantan las Escrituras Santas y
que a pesar de su extranjería
el amor la llevó a ser
la abuela de David
el pequeño pastor
a quien por mandato de Dios
Samuel ungiera
como el gran Rey de su Pueblo.

David frágil y fuerte
pastor y rey
cuyo amor de su Señor se canta:
“Buscó Dios un corazón
semejante al suyo
y encontró a David”.

Belén
Tierra de Pan
olvidada por los hombres
por pequeña
recordada siempre
en la memoria de Dios
preparada pobre
para acogerlo a Él
cuando madurase
el tiempo.

Será alguien de su estirpe
María
la esposa de José
quien vuelva un día
al solar de sus mayores
para alumbrar
el prometido y esperado
al Primogénito
de toda criatura.

Belén-Tierra de Pan
elegida por pequeña
para ser grande.
Abierta a todo aquel
que se acerca ti.
Abierta y acogedora.
Presente
en el designio de Dios
para ser Tierra del Pan
para ser Tierra-Bendita
para ser Cuna del Mundo
en la que reposara
por vez primera
“Dios-con-nosotros”