Caída de la tarde.

Regreso a casa
mientras contemplo

ensimismado
caer la tarde.
Belleza inigualable
por mucho que se repita.

Existencia inspiradora
de mundos pasados
de mundos pretéritos,
que introduces
en la esencia del ser
a quien se atreve a adentrarse
en tu misterio de luz y sombra.

Déjame volver la vista atrás
donde el corazón se quedara enredado
y así ordenar este presente
que me desborda.

El deseo de llegar al extremo
espolea mi mente,
urgiéndole cabalgar,
hiriendo los flancos de mi alma
que se resiste a ir a donde no quiere.

Se me obliga a no parar,
imperiosa me ordena continuar mi carrera

Déjame tomar aliento,
detenerme y contemplar
lo que se me da graciosamente

Es mi mente como un caballo
al que le sobran las bridas
que cabalga sin montura
por un cielo de nubes blancas y
Cuya sola existencia
abre el corazón a la belleza
sin estéticas pensadas 

Déjame detenerme y
tomar aliento
que mi Dios y Señor me espera,
Él desenredará los nudos
que yo en mi poquedad no puedo