23
01, 2015
… y eras ido
En el jardín cerrado
en tu heredad dichosa
tu sombra descansó
sobre mi alma.
Tu presencia despertó
el sueño que acompaña
mis vigilias.
Cuando alargué la mano
para coger la tuya
te guardaste de mí.
Tu aliento hirió mi corazón.
Sin aliento quedé.
Los colores huyeron de la luz.
Olvidando donde estaba
“salí tras ti clamando y eras […]
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