¿De dónde nace
la sabiduría de las cosas?
¿Qué misterio hace
que no todos los hombres
descubran su verdad?.
¿No será la falta de humildad
lo que cierra el camino
hacia el corazón de la misma?.
Dejar que las cosas
se digan a sí mismas y
las situaciones
sean más allá
de las interpretaciones
que les damos
es esencial
para retornar la armonía
incluso en donde
nos paree imposible.
No colabora más al engaño
que la inflación de
sentimientos monocordes
acompañados
de palabras escuálidas.
Cegados los cauces
de la sensibilidad humana
el hombre
pierde la posibilidad
de llegar a su sustancia.
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