De vuelta a casa
me detengo junto a un majano y
contemplo el paso de la primavera y
los comienzo prematuro
de un ambiente caluroso.
Los días se alargan y
la naturaleza parece
tener prisas
en que se establezca
el verano en la pradera.
Los días se alargan y
la sierra se embellece
con el crecimientos
de las jaras y cantuesos
El viento del sur caldea
la pradera y hace
que entre la hierba
crezcan innumerables
flores amarillas y blancas.
Conforme se asciende a la serrezuela
quejigos y madroños
nos cortan el paso,
los agracejos nos muestran
ya sus frutos rojos.
Son muchas las matas
de espliego y lavanda
con infinidad
de espigas moradas ,
los pequeños romeros
abundan en esta parte.
Son muchos los pajarillos
que por aquí tienen sus nidos.
Una corneja me visita
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