Mis buenos amigos, que seguís de cerca al Autillo. Os advierto que durante algunos días, las observaciones que hagamos  estarán inspiradas por el decir del cardenal Robert Sarah.

Cuando en nuestros días ,muchos cristianos han cambiado la verdad por los criterios, debemos volver la mirada a lo sustancial. Ante la opinión que pueden tener no pocos cristianos, que se dicen modernos y se mueven en el campo de lo opinable, el cardenal Sarah dice: “Yo quiero ser fiel, eso es todo”, por ello afirma sencillamente

 Dios es exigente, porque el amor es exigente. Si se entiende que soy intransigente en este sentido, estoy de acuerdo con ello porque Amar de verdad es morir por los demás. Es Cristo quien lo dice.

 Y mirando al hombre, confiesa:

Mucha gente le tiene hoy  tanto miedo a la muerte que ya no piensan en el alma y en la vida eterna, sino solo en  protegerse físicamente de ella

Reconoce Sarah que el hombre en definitiva es un heredero. Recibe la vida, un nombre, una familia, un país, un idioma, una cultura, una tradición. Pero, el hombre herido como está por el pecado, lo niega, pretendiendo  ser fruto de sí mismo y dueño de todo lo creado, dando por hecho de  que  todo depende él., lo cual acrecienta la crisis y la desorientación en la que vive.