Me invita la tarde a volar
sin levantar los pies del suelo,
a mirar a mis adentros
donde quienes fueron mi sangre y mi historia
me esperan para desvelarme
ese alguien que soy y que ellos hicieron posible.

El camino a recorrer es mío
con muchas tonalidades de los suyos.

El hilo de plata que nos anuda
recorre a lomos de nuestra sangre
la vida y los sueños de todos.
Difícil es perderme
si conozco el hacer
de quienes me han precedido.
Suyos son muchos de mis gestos
y no pocas palabras;
no digamos de mi pensar y
el deseo de bien y de verdad
alimentados ya cuando mamaba
y mi madre me hablaba al oído.