Ha cambiado la dirección del viento y
con ello las expectativas de lluvia
en esta nuestra tierra de secano.

Del suroeste nos ha llegado
el ábrego húmedo y templado,
cargado de esperanzas,
procedente del suroeste
aunque en realidad se origina en el atlántico.
Nuestro viejos hombres del campo
decían que las borrascas
que de verdad nos mojan,
aportando la lluvia necesaria
para nuestros campos
son las que entran por el golfo de Cádiz,
que obligan al trabajador del campo
a ponerse a cubierto y esperar a que pase.