La luna se cuela
por entre las hojas de la higuera
y arranca destellos blancos
de las agua negras
del estanque de la rana.
El verde maduro
de las hojas de la higuera
ensombrecido por la noche
no apaga la luz
en nuestro entorno.
Luz y sombra
comparten en silencio
el jardín aromado
por los arrayanes que
crecen al borde de las aguas.
Nada es contradictorio.
Todo hace que todo sea.
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