De la I. carta del apóstol san Juan
Queridos hermanos:
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la Vida (pues la Vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.  (1, 1-4)
RESPUESTA A LA PALABRA
Mientras muchos viven sin saberlo
y otros viven para destruir la vida,
unos pocos, como escribe Juan,
“¡Hemos visto la Vida porque
la Vida se hizo visible!”.
Este es nuestro anuncio
que nace de la más profunda experiencia.
Dios cercano, Dios hermano,
Dios visible, Dios posible
para quien acoge
la divino-humanidad de Jesucristo.
Nosotros lo hemos visto,
nuestro oídos lo escucharon,
lo palparon nuestras manos,
nuestro corazón
-desde entonces-
vive el sueño de la vida
injertada en la suya,
derramada en nosotros para siempre.
Que vuestra alegría sea completa.