Cántaro
de barro
pobre
trabajado
por pobres

Por manos
sabedoras
en trabajar
la arcilla
en amasar
el barro
sin cerrar
sus poros
por los
que fluya
el alma
que lo
habita.

Cántaro
de barro
pobre
enriquecido
por el maná
de un agua
que en
las siestas
del estío
refresca
la sed
del pobre.

Nada
más
verte
se alegra
la vista y
la garganta
se refresca.

El frescor
rezumado
de tu barro
aligera
el espesor
de todo
un día
de trabajo.