De la I. carta del apóstol san Juan

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como Él es justo. Quien comete el pecado es el diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. (3,7-10)

 

RESPUESTA A LA PALABRA

La experiencia de Juan nos llega
como luz que devuelve su perfil a las cosas.

Jesús, el Cristo, luz verdadera,
ilumina el hacer de todo hombre
y descubre la realidad
más íntima de su corazón.

 Nosotros acostumbramos a decir:
“el obrar sigue al ser”.

Juan nos dice:
“que nadie os engañe,
quien obra la justicia es justo.
Todo el que ha nacido de Dios
no puede hacer el mal.

En esto se conocen los hijos de Dios
y los hijos del diablo,
todo el que no obra la justicia
no es de Dios,
ni tampoco el que no ama a su hermano.