Del evangelio de san Mateo 1,20-21
Se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
“José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque el salvará a su pueblo de los pecados”
RESPUESTA A LA PALABRA
Tú, José, pequeño como tu esposa,
cargas sobre tus frágiles hombros
la esperanza hecha carne
en el filo de la duda, en la plenitud de la fe.
El ángel que ve tu noche, abre un portillo de luz
y te hace, mientras duermes,
vigía, guardián y amigo de quien amas desde niño.
Mientras, María, silenciada por la gracia,
amada tuya, desposada por amor,
espera ver en tus brazos
a quien ya acuna en su seno,
pues, sin renunciar a ti,
ha dado a Dios su palabra,
poniendo su vida en Él,
y en ti su hijo y su fama.
Tú, José, el más pequeño,
como tu esposa María, acoges a tu Señor,
Dios eterno y carne de tu mujer.
Bendito seas José en tu noche
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