Cuando era niño
oía decir en casa
que la Eucaristía
es el Pan de los fuertes,
no porque sean los fuertes
quienes la reciben,
sino porque de ella
sacamos las fuerzas necesarias
para vivir según el evangelio.

No es la Eucaristía algo devocional,
que implica a quien
participa de ella con frecuencia,
ni un añadido a la celebración
de algún acontecimiento
personal o familiar,
para reseñar su importancia,
con lo que la utilizamos sin más.
Muy al contrario de todo ello,
creemos y afirmamos que es
lo nuclear de nuestra fe
cristiana-católica.

Es el Memorial del amor
llevado hasta el extremo.
Memorial de la Pasión. Muerte y
Resurrección de Jesús,
Hijo de Dios,
por el que hemos sido
reconciliados con el Padre.

Joseh Ratzinguer decía de ella teniendo presente al Pueblo de Israel

Israel marcha a través del desierto. En una tierra sin caminos puede encontrar el camino porque el Señor lo conduce como columna y como luz

La Eucaristía no es un asunto privado que se celebra en un círculo de amigos, en un club de personas con convicciones afines donde se encuentran quienes coinciden entre sí…

La Eucaristía es el culto público de todos aquellos a quienes el Señor llama, con independencia de la composición del conjunto.