Profecía de Isaías (7,10-14)

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Aunque no queráis pedir,
todavía se os dará más.

No tengáis miedo si se prolonga la espera,
porque la señal es inminente;
rompe todo lo previsto,
todo cálculo nacido de la necesidad
será nada.

No os enviará su ayuda,
Él mismo vendrá a vosotros y cambiará
el dinamismo de vuestro estrecho corazón.

No pidáis signos porque la señal ya la tenéis.
El embarazo en el que estáis,
fruto de vuestro corazón prostituído con engaños,
queda saldado con la preñez de la Virgen,
que parirá a Dios-con-nosotros.

Mirad cobardes,
hombres de corazón retenido,
ved a la Virgen que espera,
en su maternidad regalada,
darnos al Hijo de Dios”