Una mirada interior no es posible
hasta que la noche
se haga clara como el día y
el día con su parafernalia
de preocupaciones locas
no encuentre el camino de la paz
en el que se silencie y decante
la realidad de uno mismo.

La noche agranda los fantasmas
que elaboramos de día.

Limpiar el ojo interior
requiere aceptar el día y la noche
no como partes que se suceden
sino como único ámbito
en el que trascurre la vida.

Peligroso es renunciar a la noche
por miedo a encontrarse solo
como permanecer en danza todo el día
dilapidando el tiempo para sí.

Peligroso es buscar la noche
como medio para paliar desasosiegos
como el día para acallar los desajustes y
demandas de una vida falseada.

La Noche es tiempo de salvación
cuando no renuncia al día
en el que esa misma salvación se opera.

Silencio, soledad, noche,
luz de alborada,
blanca y roja,
de mediodía,
luz de ocaso,
día,
soledad.