Oí tu llegada al jardín 
me dio miedo 
porque estaba desnudo y 
me escondí.

¿Qué ha acontecido 
para que aquéllos 
que hasta ese día 
paseaban con Él 
envueltos por la brisa 
a la caída de la tarde 
se experimenten 
desnudos y 
se escondan ? 

La primera palabra 
que nos llega del hombre 
es dé temor 
como consecuencia 
del engaño sufrido 
por el Malo. 

Quisieron ser como Dios 
sin Él y 
se encontraron 
a sí mismos 
como pobres diablos. 
Pero no puede 
terminar así 
la historia. 
Dios dejará 
que el hombre 
le de la espalda 
pero no pierde 
la esperanza 
de su regreso.  

Llegará el día
en el que
un Nuevo Adán y
una Nueva Eva
restauren
el amor roto aquel día
y en ellos
y con ellos
volveremos a vestirnos
con aquella
verdad primera
que dejaron perdida
en el jardín
antes de abandonarlo
para transitar
desnudos
por caminos cegados
hasta que maduren y
puedan
acoger de nuevo
el designio amoroso
al que están llamados.  

María la nueva Eva
la mujer íntegra
incapaz de mirar
a otro lugar
que no sea
donde su amor
se encuentra
desdice
toda la historia
de engaño y
de muerte
que sedujera
el corazón
de la primera.  

María la mujer
la que es todo en todo. 

La hija
sin sombra alguna.

La esposa
cuyo amor personal
entretejió
de tal modo
sus relaciones
con José
que vivieron
la historia de amor
más limpia y
maravillosa
que nadie puede
imaginar.  

La madre absoluta
que dio vida
a quien ya vivía y
lo arropó siempre
con la misma ternura
que lo engendrara.
María la mujer
cuya única palabra
es Sí y
cuya única razón
de su existencia
es ser generadora
de vida
en el amor
de quien
la amó primero.  

Inmaculada
sin mancha
transida de luz
paradigma de la libertad
que mira a Dios y
no se deja de enredar
por la mentira
del Mentiroso
que seduce y arrastra
a quienes
mirándose a si mismos
apartan sus ojos de Dios
condenándose a vivir
esclavos del pecado y
de la muerte.