Un cielo abierto me llama como a la alondra
a despegar de mi terruño envejecido,
a cambiar mis manidos lares
por un cielo nuevo.
El corazón me pide abrir la jaula
en el que está acomodado y
dejarle vadear en un mar de altura

Abrí del todo las puertas y
dejé que penetrara mi estrella.
Mis dos ojos se quedan cortos en ver
mientras que ella
me conduce a las más lejanas
donde el amor no tiene precio ni se mendiga.
Mi estrella inunda de luz
los recovecos de mi amor i
invitándome a caminar sin miedos
En la soledad oigo  como se apagan las estrellas
.Un ventarrón vacío lo invade todo
y despierta en mi la  tristeza preñada de añoranzas.

Soy como un libro abierto expuesto a la ventisca,     
como ave trémula en un paraíso perdido,
manojo de plumas que oprime mi corazón.       
Mis sueños vuelan
por tus coloreados silencios,
y mis labios se humedecen
en las dulces sombras
que dejan
Mi pasión traspasada y libre
es agitada por el aire,
como llamarada de luz azul,
penetrada por el encanto del atardecer.
La temperatura de mi alma
se asemeja a la de las flores
que se disponen a dormir una vez que el sol se ponga.