Traigo entre mis brazos montones de sueños
mezclados con la sonrisa de una canción de cuna.
La algarada de un corazón de niño los recibe.
Por la ventanas de sus ojos percibo
como su corazón se ensancha y
sueña futuras aventuras en campos abiertos
en los que el vuelo de las alondras
centran su atención y
el arrullo de las tórtolas le entretiene
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