Del profeta Isaías 41,13-20 

No temas
porque
se abrirá el cielo y
bajaré en Persona.
No temas
Yo soy el lote
de tu heredad y
tu suerte
está en mi mano. 

Mira
aunque seas
el más pequeño
de los hombres y
el menos importante
para ellos
tu vida
la he uncido
a la mía y
en tu debilidad
encontrarás
mi fortaleza. 

Cuando el viento
arrastre
a los soberbios y
el trillo aguzado
deshaga a los importantes
tú permanecerás inhiesto
como encina
en medio de la estepa.

La indigencia
de los empobrecidos
por los ricos
será resarcida
los que lloran
abandonados
por la justicia
verán compensada
su causa.

Quienes viven
en el olvido
se sentarán
a la cabecera
de la mesa
reconocidos
por todos
los que en ella
participen. 

Yo el Señor
lo digo y
lo hago.
Cuándo lo vean
quienes causan
vuestros males
tendrán
que reconocer
que Yo soy
vuestro Dios.