De Isaías 29,17-24

 Pronto muy pronto
la zozobra
que nos embarga
pasará
porque el Señor
anuncia inminentemente
su presencia.

Pronto muy pronto
los sordos
que quieran
podrán oír los gritos y
los ciegos
podrán leer la vida
en los signos del amor
porque la luz del Sol
que nace de lo alto
limpiará sus ojos y
de sus corazones
manará de nuevo
la esperanza.

Pronto muy pronto
los oprimidos
por cualquier causa
volverán
a experimentar
la brisa de la libertad
la alegría
les nacerá de nuevo y
gozarán de los bienes
negados hasta entonces.

Dice el Señor:
El cinismo de un mundo desalmado
tiene tasados los días y
los patrocinadores del mal
se les acaba el tiempo
se  hará justicia
con los prevaricadores y
al inocente se le devolverá
la dignidad arrancada
por el injusto.

A los de su casa dice el Señor:
No os avergoncéis de mí
ni tengáis miedo en confesarme
porque en mi corazón
corre vuestra sangre y
así permanezco en vosotros.
Los torpes y tardos comprenderán
esta otra parte de la vida y
pasarán de pensar que
hay otra realidad más que la suya.